La Importancia de la Alquimia.
Dicen que la vida va en ciclos. Van a hacer 7 años que escribimos estas palabras que quedan en la revista N2. Siete años que se cerró la gira de ¡Lazaro!. Siete años que estuvimos en Buenos Aires, allá en Almagro en el Camarín de las Musas. El Galpón de Montevideo. Más aún en Colombia, mágica.
Y las vueltas que dimos.
Para llegar acá, nuevamente a las cenizas. Nada más se necesita para un renacer.
Imagen de los carteles informativos del espectáculo escénico ¡LAZARO! por las calles de La Candelaria, Bogotá. 2010.
El viaje de la obra por Colombia co-producido por Salvatore Motta y Colectivo Errante, fraguó el encuentro de un grupo de profesionales únicos con el músico Efren Ramirez Bello, y Edgar Villamizar. También recibió el apoyo de ilustres personas como Mauricio Toro, Simone Spring, Paolo Vignolo, Didier Pfirter y muchos más.
Para la ocasión publico por primera vez las palabras de Edgar Villamizar, quien nos acompañó con su alquimia cotidiana y escénica durante toda la gira por Colombia.
LA IMPORTANCIA DE LA ALQUIMIA
"La importancia de la alquimia, viene mucho antes del trabajo en escena, en realidad es lo más importante que hay, cuando se apunta a realizar un trabajo que una el placer con el propósito.
La buena alquimia entre los integrantes de la compañía es lo que hace posible el buen desempeño de cada uno y lo que permite que la misma se expanda a todos los sectores que forman la unidad final del espectáculo.
Cuando me llegó la propuesta de participar del proyecto LAZARO! Me interrogué mucho sobre como encarar este nuevo reto. Basándome en las experiencias pasadas de colaboración fue posible encarar con el resto de los integrantes los puntos fundamentales, a mi entender, de como llevar una colaboración en paz y alegría para que de esa realidad pueda surgir lo que se quiere contar con el poder de contagiar al espectador.
A pesar que el espectáculo ya estaba montado, cuando llegó a Colombia, todavía había mucho espacio para la creatividad de los nuevos integrantes y eso fue fundamental para que el trabajo resultara orgánico desde un principio.
Durante las tres semanas que precedieron el estreno en La Sala Seky Sano de Bogotá, me encargué de resolver algunos problemáticas técnicas de la escenografía, recorriendo las calles y los talleres artesanos en búsqueda de elementos para reciclar adeptos a nuestro fin. Fue así que de los bloques de cemento utilizados en Suiza se pasó a baldes negros rellenos de tierra para anclar la escenografía al piso. La tierra, escondida en esos baldes nos iba a acompañar en la escena, con su sutil poder.
Otro de mis oficios, propósito de Masnàda era independizar la compañía del lado del maquillaje, siempre he sido partidario del: si puedes hacerlo hazlo. Así fue como busqué las mezclas justas para obtener un buen negro con carbon y aceite y otros tonos más claros con cenizas y aceite. Si algo me enseño la calle es estar en el hacer, es esto lo que nos permite como compañía ahorrar dinero, hay que estar alerta y con el propósito bien firme en nosotros, solo así se pueden aprovechar las ocasiones que la vida te ofrece en los momentos menos esperados, así aparecen tuercas, elásticos, materiales nuevos para comprobar en escena, elementos que bien pertenecen al universo LAZARO.
Algo que sorprendió mucho al espectador colombiano y de eso soy testigo es como a pesar de ser una obra “extranjera” el espectador se siente que está presenciando algo bien local, la calle, la miseria, el hambre, el lenguaje, los sonidos, los olores, en fin la naturaleza humana. Esto enriquece ulteriormente mi trabajo y mi contributo a la obra ya que en el viaje de esta obra, que ya empezamos, busco en los lugares donde lleguamos sonidos, olores y elementos del lugar para que el espectador se sorprenda de escuchar, ver y oler elementos de su vida cotidiana muy inesperados en una obra que viene de afuera y que hacen parte de su inconsciente.
Con el espíritu en esperanza de que las energías y los eventos se amalguen y conduzcan a lazos fuertes para el futuro doy gracias a la vida para tener opciones que me hacen elegir propósitos de colaboración y de reencuentro para enfrentar la nueva etapa de LAZARO en el Rio de la Plata. Estamos trabajando, cada uno por su parte con un fin común, afinando y investigando para dar siempre más profundidad al trabajo en escena.
Al final esa es la magia del teatro, grande es el trabajo para que todo ajuste un momento para desajustarse apenas termine el show.
Edgar Villamizar.
Colombia.
Agosto 2010.
Mathias Britos y Edgar Villamizar en el Mapa Teatro de Bogotá, con la vista en la preparación del palco escénico.
Abajo: corto video por Mathias Britos, parte de su trabajo durante la gira, que pone al centro la relación con Edgar y su trabajo.